Grissini o colines

Los grissini son palitos de pan crujientes de forma fina y alargada. Son ideales para un picoteo o para acompañar en la comida. Son una versión de los tradicionales colines o picos de pan, típicos del sur.

Es una de esas cosas que nunca me había planteado hacer, hasta que probé la primera vez y desde entonces, los hago con cierta frecuencia!

Probé varias recetas y ésta es la que, sin duda, más me gustó. Está inspirada en la receta de “Bake Street” pero adaptada a harinas más accesibles y, por tanto, ajustando un poco la cantidad de agua. Unas veces los preparo sencillos, es decir, solo la masa de pan y en otras ocasiones les añado una mezcla de semillas (pipas de girasol, de calabaza, semillas de amapola, etc.) que les da un sabor verdaderamente delicioso.

Con las cantidades de la receta salen bastantes grissini, pero como se mantienen bien bastante tiempo, merece la pena. En todo caso, puedes reducir las cantidades a la mitad.


Ingredientes:

  • 500 gr de harina de fuerza
  • 280 gr de agua
  • 4 gr de levadura seca de panadero
  • 8 gr sal
  • 50 gr aceite oliva virgen
  • 50 gr de semillas variadas (pipas, pipas calabaza, semillas amapola, sésamo, etc. (*)
  • Aceite y sémola para pincelar

(*) venden bolsas ya preparadas con estas mezclas (por ejemplo: Hacendado)


En un bol poner la harina con el agua y la levadura y mezclar hasta obtener una masa compacta y homogénea. Añadir la sal y amasar de nuevo. Debe quedar una masa que se pueda manipular pero sin llegar a pegarse a las manos. Añadir algo de agua si es necesario.

Amasar encima de la mesa hasta conseguir una masa lisa y elástica y, por tanto, un buen desarrollo del gluten. Para ello, necesitarás intercalar algún periodo de reposo con amasados. Después de cada reposo hacer el “test de la membrana” pellizcando un poco de masa y estirando ligeramente. Tiene que estirarse lo suficiente hasta que sea casi transparente sin que se rompa. Si aún se rompe fácilmente, habrá que continuar amasando. (El test hay que hacerlo siempre después del periodo de reposo).

Cuando esté lista la masa, (**) ir incorporando el aceite de oliva en pequeñas cantidades, amasando hasta que se vaya absorbiendo e incorporando a la masa y logrando una textura homogénea. Al principio parece imposible, pero con amasado y tiempo, se logra.

Bolear y dejar en un bol cubierta con film o un paño húmero en un lugar cálido hasta que doble su volumen (el tiempo dependerá de las condiciones, pero aproximadamente 1 - 1´5 horas).

Precalentar el horno con calor arriba y abajo a 200º.

Sacar la masa sobre superficie ligeramente enharinada, desgasificar con los dedos y, con la ayuda de un rodillo, estirar la masa hasta formar un rectángulo de aprox 20x 35 cm., procurando que la superficie sea homogénea en todo él (del mismo grosor en todos los sitios).

Con un cuchillo bien afilado, cortar tiras (por el lado corto) de aproximadamente 1 cm de grosor. Con la ayuda de los dedos estirar ligeramente e ir colocándolos en la bandeja de horno (con papel vegetal). Hay que procurar que el grosor sea uniforme en todo el “palito” para que el horneado posterior también lo sea y no queden partes más doradas que otras.

Cuando estén en la bandeja, pincelar con aceite de oliva virgen y espolvorear con sémola (opcional).

Meter en el horno unos 20-25 minutos o hasta que estén dorados.

(**) si se van a hacer con semillas, es el momento de incorporarlas, amasando hasta que estén completamente integradas, antes de añadir el aceite.

También tienes la posibilidad de dividir la masa en dos partes y hacer una mitad “sencillos” sin semillas y la otra con ellas. En este caso, deberás ajustar la cantidad de semillas.

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